lunes, 26 de noviembre de 2012

El consumo por doquier.


Vivimos en una época en que el mundo está en un constante cambió, tecnológico, ideológico y de valores, entre otros, y esto hace que se transforme la forma de actuar de la gente.
Nada más nacer, ya recibimos estímulos que nos indican la manera en que debemos actuar, cómo pensar “libremente” dentro de unas limitaciones impuestas por el sistema y que han sido interiorizadas por los individuos que forman parte de este así como que para ser una persona con éxito debes conseguir dinero, ya que sin él no somos nadie.
En esta crisis se puede observar cómo la sociedad se va deshumanizando cada vez más y  se va acelerando este ritmo de deshumanización de la gente. La adaptación al cambio que posee la sociedad es impresionante y terrorífica, la televisión nos anuncia que toda una ciudad ha sido bombardeada, nuestro vecino se ha suicidado y unos conocidos del barrio han muerto de sobredosis y nosotros seguimos la vida como si nada hubiese ocurrido.
Recibimos cada día información por todos lados y de diferentes opiniones, pero la gente solo lo recibe ya que no le da tiempo a procesar porque vivimos en la época del consumo rápido, no importa la calidad, solo la cantidad, consumimos comida plástica, música vacía de contenido, publicidad que nos dice que para ser felices debemos consumir todos esos productos que nos está mostrando. Cuanto más consumimos cosas innecesarias, más consumida se encuentra nuestra alma.
La información masiva y negativa hace que la gente no sepa en lo que creer y por tanto se aferra a un dogma sin hacer uso de la razón. Si quieres saber la verdad,  solo debes dar una vuelta por la calle y tener curiosidad por lo que pasa en el mundo y preguntarse por qué todo está como está.

Adrián López  

No hay comentarios:

Publicar un comentario